En el año 711 d.C. los musulmanes prodecentes del norte de África llegan por primera vez a la peninsula ibérica, gobernada por aquel entonces por el rey Roderico, históricamente conocido por Don Rodrigo, el último rey godo. A lo largo de los siglos se han dado muchas y muy diversas interpretaciones al motivo por el cúal los musulmanes desembarcaron en la península; sin embargo, tras numerosos estudios se ha podido concluir que la llegada de los árabes a España se debió a un pacto entre parte de la nobleza visigoda, los Vitiza, y los musulmanes para destronar a Don Rodrigo.

Tras la muerte del rey Vitiza en el año 710 la sucesión del trono vacante provoca una guerra civil entre los hijos de Vitiza y los magnates visigodos. Por un lado, el clan de los Vitiza reclama el trono por ser los legítimos herederos del rey predecesor, mientras que por otro lado los magnates godos, advirtiendo que los Vitiza querían dividirse el reino en diversos sub-estados, proceden a la proclamación de un nuevo rey para mantener la unidad territorial. De este modo, Roderico es nombrado rey por el Aula Regia, principal órgano político de los visigodos, y los Vitiza, no sin antes ser sometidos por la fuerza, aceptan dicha decisión. Aunque aparentemente la estabilidad política de la península vuelve a la normalidad, los Vitiza no desisten de su empeño en recuperar el trono de su padre, y secretamente preparan el golpe de estado que culminará con la muerte de Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete (711) a manos de los invasores árabes. Así comienza a forjarse la leyenda del último rey godo que se ha prolongando hasta nuestros días a través de los numerosos relatos que intentan explicar poéticamente el por qué de "pérdida de España".

De entre estos relatos poéticos, hay que hacer mención especial de los romances…