El lobo y la cigueña
- Versión de La Fontaine (# 53)Comen los lobos como glotones, y uno de ellos, hallándose de festín, diose tal prisa, dicen, que pensó perder la vida, pues para su desdicha, un hueso se le atravesó en la garganta. Para suerte de este lobo, que ni gritar podía, acertó a pasar muy cerca de una cigüeña. La llamó por señas el lobo y ella vino. Se puso la cirujana a la tarea, y extraído el hueso, reclamó sus honorarios.
-- ¿Tus honorarios? -- le dijo el lobo -- ¡Estas loca comadre! ¿No te parece bastante con haber sacado libre tu cuello de mi garganta? ¡Vete, malagradecida, y no vuelvas a caer entre mis fauces!
Quien sirve a los malvados, tiene muchísima suerte si lo dejan.
Versión de Esopo
A un lobo que comía un hueso, se le atragantó el hueso en la garganta, y buscando ayuda corría por todas partes.
Encontró a una grulla y le pidió que le salvara de aquella situación, y que enseguida le pagaría. Aceptó la grulla e introdujo su cabeza en la boca del lobo, sacando de la garganta el hueso atravesado. Reclamó entonces la paga convenida.
-- Oye amiga -- dijo el lobo -- ¿No crees que es suficiente paga con haber sacado tu cabeza sana y salva de mi boca?
Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues mucha paga tendrías si te dejan sano y salvo.
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LBA)